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uniendo, sanando,amando

 

La alquimia representa la proyección de un drama en términos de laboratorio que es a un tiempo cósmico y espiritual. El opus magnum tenía como finalidad tanto la liberación del alma humana como la curación del Cosmos. Lo que los alquimistas llamaban «materia» era en realidad el «sí mismo». El «alma del mundo», anima mundi, identificada por los alquimistas con el spírítus mercurius, estaba aprisionada en la materia. Por eso los alquimistas creían en la verdad de la materia: pues la materia era en efecto su propia vida psíquica. Se trataba de liberar esa materia, de «salvarla»; en una palabra, obtener la piedra filosofal, es decir, el «cuerpo glorioso», el corpus glorificationís. Pero ese trabajo es difícil y está sembrado de obstáculos: la «obra» alquímica es peligrosa. Ya en el inicio se encuentra al «Dragón», el espíritu ctónico, el «Diablo», o como lo llaman los alquimistas, el «Negro», la nigredo. Y ese encuentro produce sufrimiento. La «materia» sufre hasta la desaparición de la «negrura»; en términos psicológicos el alma se encuentra en las ansias de la melancolía luchando con la «Sombra». El misterio de la conjunción, misterio central de la alquimia, persigue justamente la síntesis de los opuestos, la asimilación del «Negro», la integración del Diablo. Para el cristiano «despierto» eso constituye un acontecimiento psíquico muy grave, pues es la confrontación con su «Sombra»: ésta representa la «negrura» (nigredo), lo que permanece separado, es decir, lo que jamás podrá ser totalmente integrado en la persona humana. Al interpretar la confrontación del cristiano con su «Sombra» en términos psicológicos, se descubre el miedo secreto de que el Diablo sea más fuerte, de que Cristo no haya logrado vencerle completamente. De otro modo, ¿por qué se ha creído, y se continúa creyendo, en el Anticristo? ¿Por qué se ha esperado, y se espera aún, la llegada del Anticristo? Pues sólo después del reino del Anticristo y después de la segunda venida de Cristo, el Mal será vencido definitivamente en el mundo y en el alma humana. Todos estos símbolos y creencias son solidarias en el plano psicológico: siempre hay que luchar contra el Mal, con Satán, y vencerle, esto es, asimilarlo, integrarlo en la conciencia. En el lenguaje alquímico la materia sufre hasta la desaparición de la nigredo, cuando la «aurora» es anunciada por la cauda pavonis y aparece un día nuevo, la leukosis, albedo. Pero en ese estado de «blancura» no se vive en el sentido propio del término. De algún modo, es una especie de estado ideal, abstracto; para vivificarle se necesita «sangre» y hay que obtener lo que los textos alquímicos llaman la rubedo, lo rojo de la Vida. Sólo la experiencia total del ser puede transformar ese estado «ideal» de la albedo en una existencia humana integral. Sólo la sangre puede reanimar una consciencia gloriosa en la que se ha disuelto el último rastro de la «negrura» en la que el Diablo ya no tiene una existencia autónoma sino que se incorpora a la unidad profunda de la psique. Entonces la «obra», el opus magnum de los alquimistas, ha sido realizada: el alma humana está perfectamente integrada... JUNG

 

Dentro de la historia de la Psicología, fue C. G. Jung quien recuperó estos conocimientos herméticos y traduciéndolos a un lenguaje psicológico, logró introducirlos en la cultura occidental moderna, revalorizándolos. Su misión estuvo encaminada en comprender las manifestaciones del inconsciente: sueños, fantasías, visiones, alucinaciones, que apareciendo de forma aparentemente confusa, inconexa y caótica debían encerrar un significado y un sentido.
carl jungEs por esto que ante las imágenes que proporciona el mundo oscuro se podrían tomar dos actitudes básicas: o dejarlas pasar de largo –lo que significa que a la larga se seguirán presentando cada vez con mayor fuerza y hasta bajo forma de síntoma físico- o asumir el compromiso de trabajar con el material que presentan e intentar darle un sentido y significado personal para integrarlo a la conciencia. Fue esta la elección de Jung, quien, a partir de su propia experiencia arquetípica tejió su teoría, amplificándola a través de los años mientras recorría y vivía su mito personal. Sin saberlo, Jung era guiado por fuerzas invisibles a cumplir un rol chamánico.
En su autobiografía Recuerdos, Sueños y Pensamientos, Jung describe esta misma experiencia a través de la que entra en contacto con los contenidos de sus sueños y visiones, la oscuridad y riqueza de su psique y el enfrentamiento con sus dudas y temores, debido a las imágenes que el inconsciente le proporcionó durante los años 1912-1920. Fueron para Jung "la materia prima de un trabajo que duró toda la vida". Necesitaba hallar la respuesta a las inquietudes que las teorías y los dogmas no habían podido ofrecerle.
Después de la ruptura con Freud, para Jung comenzó un período de confusión, se daba cuenta que no poseía un marco de referencia teórico en el cual basarse, por lo que asumió una actitud de tipo "vivencial". Trabajaba con sus pacientes sin seguir reglas preestablecidas y trataba de ayudarlos a entender las imágenes oníricas que éstos le proporcionaban a través de la intuición y su propio trabajo personal de introspección. Sentía que podía obtener ayuda de la mitología para acceder al mundo del inconsciente, sin embargo ésta no le ofrecía mayores respuestas ya que aún no había logrado descifrar su propio mito.
En un sueño de 1912 Jung entra en contacto con imágenes relacionadas con muertos y con la leyenda alquímica de Hermes Trimegisto, intenta dar significado al sueño, pero se da por vencido pensando que lo mejor es "seguir viviendo", tratando de prestar atención a las fantasías e imágenes que se presentarían. Otro sueño en cuyo contenido aparecían tumbas de muertos que volvían a la vida a medida que Jung los observaba, le sugería la existencia de restos arcaicos inconscientes que cobran vida a través de la psique; este contenido le sirvió posteriormente para formular su teoría sobre los arquetipos.
Todo este material simbólico aportado por los sueños Jung no lograba comprenderlo y vencer así el estado de desorientación, sentía una gran opresión interna y llegó a pensar que sufría algún tipo de trastorno psíquico. A través de una revisión de los acontecimientos concretos de su vida intentó encontrar alguna explicación a su confusión, pero siendo este camino también infructuoso, decidió entregarse por completo al mundo del inconsciente.
Lo primero que recordó fue un episodio de su infancia cuando solía construir casas y castillos con piedra y fango. Este recuerdo sirvió de conector con su parte más genuina y creativa, por lo que decidió revivir ese momento retomando esta actividad de "construcción". Empezó a crear una ciudad en la cual colocó una iglesia, pero notó que se resistía a colocar el altar. Un día, caminando cerca del lago, encontró una pequeña piedra piramidal de color rojo, y al verla comprendió que debía tratarse del altar. En el momento que la colocó en su sitio, volvió a su mente el recuerdo del falo subterráneo que había soñado de niño, y sintió un gran alivio. Parecía que el inconsciente lo estaba guiando a la comprensión de aquellas cosas que en el pasado no habían tenido respuesta.
A medida que realizaba esta actividad de construcción, sentía que sus pensamientos se aclaraban y que se encontraba en el camino adecuado para descubrir su propio mito. Desde este momento Jung afirma que a lo largo de su vida, en los momentos de oscuridad, recurría a la creatividad como una puerta de entrada a los pensamientos e ideas que quería desarrollar.
jung y la alquimiaEn el otoño de 1913, el sentimiento de opresión interna parecía cobrar vida externamente a través de hechos concretos. Se le comenzaron a presentar visiones repetitivas que profetizaban una gran catástrofe de tipo colectivo donde predominaban contenidos de muerte y acontecimientos de sangre, mientras que una voz interna le aseguraba que todo lo que percibía era cierto. Jung no lograba explicar estas visiones y llegó a pensar que estaba psicótico. Las visiones duraron casi un año, con intervalos de meses entre unas y otras; todas aludían al mismo contenido. En Agosto de 1914 comenzó la primera guerra mundial. En ese momento Jung comprendió que existía una conexión entre su experiencia personal y la colectiva, por lo que sintió la necesidad de explorar a fondo su propia psique y comenzó a anotar todas las fantasías que le llegaban en sus momentos de juego y construcción, cuando daba rienda suelta a su creatividad.
Comienza un período en el cual es invadido por toda clase de fantasías e imágenes, afirmaba sentirse indefenso ante este mundo difícil e incomprensible pero a la vez intuía la protección convencido de tener que obedecer a una "voluntad superior". Recurría a ejercicios de yoga para dominar sus emociones y encontrar calma para así sumergirse de nuevo en su enfrentamiento con el inconsciente. Traducía sus emociones en imágenes, en un intento por entenderlas y no ser poseído por ellas. Esta vivencia le sirvió de herramienta para el proceso terapéutico, es decir: no quedarse en la emoción sino llegar a las imágenes subyacentes.
hermafrodita alquimicoJung concebía este choque con el inconsciente como un experimento científico sobre sí mismo, donde las mayores dificultades radicaban en el dominio de sus sentimientos negativos así como en la incomprensión del material que surgía de su psique, lo que le producía resistencia, oposición y temor. Temía perder el control y ser poseído por los contenidos del inconsciente, pero al mismo tiempo sabía que no podía pretender que sus pacientes hicieran aquello que él no podía hacer consigo mismo. A pesar que consideraba una experiencia penosa someterse a esto, sentía que el destino se lo exigía. Obtenía las fuerzas para enfrentarse en esta lucha en la idea que no era sólo por su bien, sino por el de sus pacientes. Por otro lado, la familia y la actividad profesional fueron ingredientes indispensables para ayudar a Jung en todo este proceso. Ambas le recordaban que era un hombre común. El mundo real y cotidiano complementaba su extraño mundo interior y representaba la garantía de su normalidad. Jung afirma que esto marcó la diferencia entre él y Nietzsche, quien había perdido el contacto con la realidad y vivía sumergido en su mundo interno caótico.
investigacion alquimistaSu investigación estuvo influida en gran medida por The Secret of the Golden Flower, un pasaje chino místico y alquémico descubierto por su amigo Richard Wílhehn y que éste le había entregado en 1928 para que escribiera un comentario. The Secret of the Golden Flower le reveló a Jung el vínculo entre el gnosticismo y la psicología del inconsciente. Al comparar el tratado chino con los trabajos de alquimia latinos, Jung encontró que los sistemas de alquimia tanto de Oriente como de Occidente trataban esencialmente acerca de la transformación del alma.
Jung se asombró al notar que muchos de sus pacientes, hombres y mujeres de ascendencia tanto europea como norteamericana, producían en sus sueños y fantasías símbolos similares o idénticos a los de mitos, cuentos de hadas, cultos misteriosos y trabajos de alquimia. Esto le condujo a desarrollar sus ideas del inconsciente colectivo, una reposición de imágenes primitivas y patrones de conducta compartidos por la humanidad.
piedra filosofalLas primeras palabras importantes de Jung sobre de la alquimia fueron pronunciadas en una conferencia en la que se refirió a los símbolos de la alquimia en los sueños, titulada "Símbolos de los sueños y el proceso de individuación" y ofrecida en 1935 en Villa Eranos, en el lago Maggiore, al sur de Suiza. Un año más tarde, también en Eranos, ofreció otra charla acerca de la idea de la redención en la alquimia. Su primer libro sobre el tema fue Psychology and Alchemy (1944). Aion, Alehemiea! Studies y Mysterium Coniunctíonis también tratan sobre la alquimia. El conocimiento que Jung reunió acerca de la alquimia se ejemplifica a través de todos sus últimos escritos.
Jung vio la alquimia como un proceso espiritual de redención que comprendía la unión y la transformación de la naturaleza. El procedimiento experimental de los alquimistas para disolver y coagular simbolizaba la "muerte" y el "renacimiento" de las sustancias que usaban. Los alquimistas eran parte del proceso y transmutaban su propia conciencia en un estado superior a través de la muerte y el renacimiento simbólicos.
Según Jung, los primeros alquimistas cristianos usaron la piedra filosofal como un símbolo de Cristo. Así, en un sentido místico elevado, la alquimia representa la transformación de la conciencia en el amor, personificado por lo hermafrodita, la unión de los opuestos masculino‑femenino (lo físico y lo espiritual) fusionados en un todo.
(Tomado de Revista del Alma - Febrero 1989)

 

.“Las personas hacen lo que sea, no importa lo absurdo, para evitar enfrentarse con su propia alma” JUNG

“El privilegio de la vida es volverte quien en realidad eres”. JUNG

 

“Uno no se ilumina imaginando figuras de luz, sino haciendo la oscuridad consciente”. JUNG

Nada tiene una influencia psicológica más fuerte en su ambiente y especialmente en sus hijos que la vida no vivida de un padre”. JUNG

“Donde reina la sabiduría, no hay conflicto entre pensar y sentir”. JUNG

Existe un pensamiento en las imágenes primordiales, en símbolos que son más viejos que el hombre histórico, que yacen innatos en él desde los tiempos más remotos, viviendo eternamente, más allá de todas las generaciones y que conforman la estructura fundamental de la psique humana. Sólo es posible vivir al máximo cuando estamos en armonía con estos símbolos; la sabiduría es un regreso a ellos”.

 

“Todo depende de cómo vemos las cosas y no de las cosas en sí mismas. La cosa más pequeña con significado es más valiosa en la vida que la cosa más grande sin significado

“El hecho de que el hombre que sigue su propio camino acabe en la ruina no significa nada… Debe obedecer su propia ley, como si un demonio le estuviera susurrando nuevos y maravillosos caminos… No son pocos los que son llamados a despertar por esta voz, por la que son separados de los demás… La única vida con sentido es la vida que lucha por la realización individual —absoluta e incondicional— de su propia ley particular. En la medida en la que un hombre traiciona la ley de su propio ser, deja de realizar el significado de su propia vida. La vena aún no descubierta dentro de nosotros es una parte viva de la psique; la filosofía clásica china llama este camino interior Tao y lo asocia con un flujo de agua que se mueve irresistiblemente hacia su meta. Descansar en el Tao significa realización, completud,  el destino individual logrado, la misión personal satisfecha, el inicio, fin y realización perfecta del significado de la existencia innata en todas las cosas” JUNG

“El sueño es una pequeña puerta oculta en los más secretos fueros del alma, abriéndose a la noche cósmica que era psique mucho antes de la conciencia del ego y que permanecerá psique no obstante cuánto se extienda nuestra conciencia de ego”. JUNG

“Dios ha dejado de ser contenido por la religión y ha caído en los corazones humanos —Dios encarnando. Todo nuestro inconsciente es un alarido del Dios que quiere conocer y ser conocido”.

 

...Para el noble no es indiferente que la muerte sea temprana o tardía. El cultiva su persona, aguarda su sino y afirma con ello su destino...”

 

“la psicología de Jung se siente en el cuerpo, es 90% sentimiento”.

Marie-Louise; a través de un sueño que tuvo; interpretó como el sacrificium intelectus, y era que ella tenía que sufrir lo que otros no querían sufrir, porque el secreto del chamán es sufrir conscientemente. J. Zava nos dice;el verdadero chamán,  es el que pone en contacto a cada uno con su propia verdad interior

Jung creía que si queremos entender la jungla, no nos podemos contentar con solo desplazarnos por sus alrededores. Debemos entrar en ella, no importa cuán extraña o aterradora pueda verse. 

 

La teoría de Jung divide la psique en tres partes. La primera es el Yo, el cual se identifica con la mente consciente. Relacionado cercanamente se encuentra el inconsciente personal, que incluye cualquier cosa que no esté presente en la consciencia, pero que no está exenta de estarlo. El inconsciente personal sería como lo que las personas entienden por inconsciente en tanto incluye ambas memorias, las que podemos atraer rápidamente a nuestra consciencia y aquellos recuerdos que han sido reprimidos por cualquier razón. La diferencia estriba en que no contiene a los instintos, como Freud incluía. 

 

Jung compusó el libro a través de una técnica psiconáutica que describió como “imaginaciones activas”, una especie de meditación en la que dejaba fluir las imágenes de su psique como quien observa una película y se adentra en ella, excavando las minas del inconsciente y escribiendo y dibujando lo que veía.

 

En el libro Jung viaja al inframundo, se enamora de una mujer que luego se da cuenta es su hermana, es hecho prisionero de una serpiente gigante y en un momento hasta engulle el riñon de un niño.

 

Jung describió las visiones del libro como llegando “en un flujo incesante”, como “rocas cayendo en su cabeza, como relámpagos, como lava”, “a veces me tenía que sostener de la mesa”.

En algún momento, su alma, una figura femenina que surge periódicamente a través del libro, le dice que no tema la locura, que la acepte, incluso que se adentre en ella como fuente de creatividad. “Si quieres encontrar senderos, no debes de rechazar la locura, ya que es gran parte de tu naturaleza”.

 

Más tarde Jung diría “Todo mi trabajo, toda mi creatividad proviene de estas fantasías, de estos sueños iniciales”.

Es posible que una continuación de la vida tridimensional no tuviera ya sentido cuando el alma ha alcanzado cierto grado de inteligencia; que no hubiera de regresar y la inteligencia elevada impidiera el deseo de reencarnación. Entonces las almas del mundo tridimensional se desvanecerían y conseguirían un estado que los budistas designan como nirvana. Sin embargo, si resta todavía un karma por ultimar el alma, vuelve a caer en el deseo y se entrega de nuevo a la vida, quizás por la creencia de que existe algo por completar.. C.G. JUNG

 

El arquetipo materno

Este aEl arquetipo maternoEste arquetipo es particularmente útil como ejemplo. Todos nuestros ancestros tuvieron madres. Hemos evolucionados en un ambiente que ha incluido una madre o un sustituto de ella. Nunca hubiéramos sobrevivido sin la conexión con una persona cuidadora en nuestros tiempos de infantes indefensos. Está claro que somos "construidos" de forma que refleja nuestro ambiente evolutivo: venimos a este mundo listos para desear una madre, la buscamos, la reconocemos y lidiamos con ella.Así, el arquetipo de madre es una habilidad propia constituida evolutivamente y dirigida a reconocer una cierta relación, la de la "maternalidad". Jung establece esto como algo abstracto, y todos nosotros proyectamos el arquetipo a la generalidad del mundo y a personas particulares, usualmente nuestras propias madres. Incluso cuando un arquetipo no encuentra una persona real disponible, tendemos a personificarlo; esto es, lo convertimos en un personaje mitológico "de cuentos de hadas", por ejemplo. Este personaje simboliza el arquetipo.Este arquetipo está simbolizado por la madre primordial o "madre tierra" de la mitología; por Eva y María en las tradiciones occidentales y por símbolos menos personalizados como la iglesia, la nación, un bosque o el océano. De acuerdo con Jung, alguien a quien su madre no ha satisfecho las demandas del arquetipo, se convertiría perfectamente en una persona que lo busca a través de la iglesia o identificándose con la "tierra madre", o en la meditación sobre la figura de María o en una vida dedicada a la mar.Compartir con Facebookrquetipo es particularmente útil como ejemplo. Todos mos y  madres. Incluso cuando un arquetipo no encuentra una persona real disponible, tendemos a personificarlo; esto es, lo convertimos en un personaje mitológico "de cuentos de hadas", por ejemplo. Este personaje simboliza el arquetipo.

Este arquetipo está simbolizado por la madre primordial o "madre tierra" de la mitología; por Eva y María en las tradiciones occidentales y por símbolos menos personalizados como la iglesia, la nación, un bosque o el océano. De acuerdo con Jung, alguien a quien su madre no ha satisfecho las demandas del arquetipo, se convertiría perfectamente en una persona que lo busca a través de la iglesia o identificándose con la "tierra madre", o en la meditación sobre la figura de María o en una vida dedicada a la mar.

El arquetipo materno

 

Este arquetipo es particularmente útil como ejemplo. Todos nuestros ancestros tuvieron madres. Hemos evolucionados en un ambiente que ha incluido una madre o un sustituto de ella. Nunca hubiéramos sobrevivido sin la conexión con una persona cuidadora en nuestros tiempos de infantes indefensos. Está claro que somos "construidos" de forma que refleja nuestro ambiente evolutivo: venimos a este mundo listos para desear una madre, la buscamos, la reconocemos y lidiamos con ella.

 

Así, el arquetipo de madre es una habilidad propia constituida evolutivamente y dirigida a reconocer una cierta relación, la de la "maternalidad". Jung establece esto como algo abstracto, y todos nosotros proyectamos el arquetipo a la generalidad del mundo y a personas particulares, usualmente nuestras propias madres. Incluso cuando un arquetipo no encuentra una persona real disponible, tendemos a personificarlo; esto es, lo convertimos en un personaje mitológico "de cuentos de hadas", por ejemplo. Este personaje simboliza el arquetipo.

 

Este arquetipo está simbolizado por la madre primordial o "madre tierra" de la mitología; por Eva y María en las tradiciones occidentales y por símbolos menos personalizados como la iglesia, la nación, un bosque o el océano. De acuerdo con Jung, alguien a quien su madre no ha satisfecho las demandas del arquetipo, se convertiría perfectamente en una persona que lo busca a través de la iglesia o identificándose con la "tierra madre", o en la meditación sobre la figura de María o en una vida dedicada a la mar.

 

 

«Sólo puedo esperar y desear que nadie se vuelva junguiano».

“Gracias a Dios yo soy Jung y no soy junguiano””

 

Todo movimiento hacia la integración implica probablemente un duelo por la comodidad que se pierde. Toda gran conmoción del alma activa al Héroe arquetípico que sabe desligarse en su búsqueda de un nuevo estado.

“En la medida en que lograba traducir mis emociones en imágenes, es decir, hallar aquellas imágenes que se ocultaban tras las emociones, sentía tranquilidad interna. Mi experimento me afirmó en la convicción de lo valioso que es, desde el punto de vista terapéutico, hacer conscientes las imágenes que se hallan detrás de las emociones” 
C. G. Jung en Recuerdos, Sueños, Pensamientos

"Considerar la enfermedad visible no es nada si nuestra mirada no abarca al individuo entero; pues nos hemos visto precisados a admitir que el mal psíquico no consiste en fenómenos localizados, estrechamente circunscritos, sino que, por el contrario, estos fenómenos son otros tantos síntomas de una actitud, profundamente defectuosa en algún aspecto, de la personalidad total. Una verdadera curación no se puede, pues, esperar de un tratamiento que considere sólo los síntomas; sólo se puede esperar del tratamiento de la personalidad total." C. G. Jung. Los Complejos y el Inconsciente.

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